Neurodinámica

La terapia neurodinámica está compuesta por un conjunto de técnicas de valoración y tratamiento basadas en la funcionalidad y estructura del tejido nervioso, fuente de numerosas patologías, pero también sirve como punto desde donde enfocar diferentes tratamientos en afecciones no siempre neurológicas.

Parte desde la consideración de que el sistema nervioso es un todo continuo, un tejido interconectado, tanto en el plano funcional como físico, por lo que considera que la tensión que pueda generarse en un punto determinado de la estructura, implicará un efecto de movilización en otro más distanciado.

Desde este concepto el movimiento se concreta en la estructura movilizada, no afectando a tejidos colindantes y, por tanto, convirtiéndose en un punto a favor a la hora de tratar ciertas patologías, como aquellas en las que hay implicación de los nervios.

Son muchos los estudios que confirman las ventajas de este enfoque y relegan a un segundo plano la antigua imagen de los nervios como simples transmisores de impulsos. Realmente, los nervios periféricos son estructuras vivas con múltiples funciones fisiológicas y mecánicas, asumiendo fuerzas de tensión, deslizamiento y compresión al adaptarse a los movimientos del cuerpo.

La neurodinámica como terapia conservadora posee contraindicaciones muy limitadas y resulta beneficiosa en el tratamiento de afecciones que implican dolor crónico. Sus bondades permiten obtener resultados óptimos en diversas patologías comunes, siendo una herramienta de uso habitual en las patologías descritas en la imagen. Además, no es dolorosa.

El paciente, por su parte, adquiere un papel activo en el proceso de recuperación, como trabajo complementario aleccionado por el fisioterapeuta para mejorar el rendimiento de la terapia pasiva aplicada por este.